El principio de utilidad.

En las últimas clases hemos estado repasando varias ideologías y varios principios de los cuales hemos hecho un pequeño examen para poner a prueba nuestros conocimientos, en mi caso me gustaría hablar del principio del cual me toco profundizar, ya que, además me pareció muy interesante las cosas que trata.

En el capítulo 5 "La ética profesional en la formación del profesorado de Educación Física" de José devís y Víctor Pérez Samaniego (texto trabajado en clase) podemos observar que este principio trata de valorar y asegurar que lo que se aprende causa el mínimo daño y por tanto el máximo beneficio. Además le da más importancia al proceso de la realización de la tarea que a la resolución de la misma, es decir, al resultado que deriva de ella(lo cual comenté ya en la entrada sobre el articulo castigado sin entrenar).

La forma de aplicar este consiste en proponer actividades que puedan ser realizadas por todos los alumnos que una clase pueda tener, por tanto muchas veces estas actividades tendrán que ser adaptadas a el ámbito correspondiente para que todos se puedan beneficiar de ellas. Además de que se tiene que tener en cuenta que con nuestra actividad docente podemos dañar a los alumnos y provocar el rechazo al deporte, dado que los profesores de Educación Física creen que cualquier actividad propuesta influye de manera positiva al alumnado.

Esto último que nombra este principio, ha sido lo que más ha hecho que me fijara en él, ya que, como se puede observar en mis otra entradas me ha gustado tratar el tema de los valores de la educación física en el deporte y esto tiene una relación con ese tema. Esta relación se manifiesta en que, muchas veces se ha de adaptar los juegos o actividades a todo un alumnado o grupo, ya que, si no es así los alumnos no podrán extraer los valores que se pretende enseñar y no van a disfrutar de él. Por otro lado, los alumnos que esten desarrollando esa actividad de manera correcta disfrutaran de ella, les gustará y aprenderán todo lo que se busca, pero los que no puedan llevarla a cabo sentirán rechazo por ella y acabaran incluso por odiar ese tipo de actividades.

También podemos observar la creencia de los profesores en que cualquier propuesta que hagan de actividad física contribuirá positivamente en sus alumnos que quiere decir, al igual que en otras entradas que he escrito, que las actividades propuestas por los docentes tiene que tener unos objetivos educativos marcados para transmitirlos, no se puede esperar transmitir valores educativos a los alumnos programando actividades sin ningún sentido, ya que, esto puede acabar influyendo negativamente.

Como dicen los autores de este artículo que hemos estado estudiando en clase "hay alumnos y alumnas que tratan e incluso consiguen mejorar su condición física pero que a la vez acaban aprendiendo a odiar la actividad física".